sábado, 13 de noviembre de 2010

Seis Sillas.

Esta serie consiste en el registro de espacios en deterioro evidente donde la persona se manifiesta a través de la colocación de elementos domésticos. En este caso particular, es la silla la que aparece como una extensión a nuestra presencia y la que da cuenta de la necesidad de apropiarnos de un terreno para convertirlo en un lugar, donde no importan los estados físicos o estéticos del entorno que rodea a la silla, sino el mundo y la experiencia absolutamente personal que podríamos crear a partir de la misma.
Los valores decorativos atribuidos a la silla desde que comenzó a desarrollarse más como un objeto de diseño que funcional, se van a pérdida cuando la observamos inserta en un espacio poco apropiado para contenerla, sobre todo si se mira como un objeto mediante el cual el hombre marca su territorio y construye su propia intimidad.






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